Think Global Health: Es Posible Que Nunca Lleguemos a la Inmunidad Colectiva

Published February 3, 2021

The following is a Spanish translation of the article We May Never Get to Herd Immunity, originally posted on Think Global Health.

Lo siguiente es una traducción al Español del artículo We May Never Get to Herd Immunity, publicado originalmente en Think Global Health

La vacilación ante la vacuna y otros riesgos de comportamiento reducen la probabilidad de inmunidad colectiva

La disponibilidad de las vacunas de ARNm de Moderna y Pfizer, que se ha demostrado que tienen un 95 por ciento de eficacia en la prevención de enfermedades graves, han aumentado las esperanzas de alcanzar la inmunidad colectiva. Algunos líderes políticos y de salud pública han discutido que si vacunamos al 70 por ciento o al 80 por ciento de la población mundial, podemos efectivamente acabar con la transmisión. Pero incluso los países bastante afortunados de adquirir cantidades suficientes de vacuna pueden que nunca alcance la inmunidad colectiva, en cuyo caso el COVID-19 podría convertirse en una enfermedad estacional que se presenta cada año. Muchos factores serán determinantes, algunos ya se comprenden bien y otros no. Aunque sea posible alcanzar la inmunidad colectiva para el próximo invierno, parece cada vez más improbable que lo hagamos, y en vista de eso, todos debemos cambiar nuestras expectativas.

La inmunidad colectiva ocurre cuando los individuos de una población han desarrollado suficiente inmunidad para que, incluso en ausencia de intervenciones conductuales como el uso de máscaras y el distanciamiento social, el caso nuevo promedio transmita la enfermedad a menos de una persona, y la transmisión ya no puede ser sostenido. Independientemente de si la población desarrolla inmunidad por vacunación o por infecciones pasadas, en ese momento pueden volver a las normas de interacción social del mundo antes de COVID-19.

Porque COVID-19 es estacional, el nivel de inmunidad necesario para parar la transmisión en el verano será mucho más bajo que el nivel de inmunidad requerido en el invierno. Porque diferentes poblaciones tienen diferentes frecuencias de referencia de interacción social, también debemos esperar que los niveles de inmunidad colectiva varíen según la comunidad.

Para muchos países de ingresos bajos y medianos, la escasez de suministro de vacunas probablemente les impedirá lograr la inmunidad colectiva en 2021. Los Estados Unidos tienen grandes acuerdos de compra de vacunas, además de la exposición acumulada de su población al virus durante el último año, y se puede razonablemente esperar de alcanzar la inmunidad colectiva en los meses de verano, pero aún puede no alcanzar el nivel invernal de la inmunidad colectiva.

En los países afortunados de tener cantidades suficientes de vacuna, cuatro factores serán fundamentales para determinar si logran la inmunidad colectiva.

La Inmunidad de EE. UU. Basada en Infecciones Acumuladas y Vacunas

IHME pronostica que no más del 40 por ciento de los residentes de EE. UU. serán inmunes al COVID-19 para julio de ‘21

Notas:

  • Asumimos que el impacto de la vacuna en la transmisión es 50 por ciento de la efectividad de la vacuna para enfermedades graves. Para obtener más información y definiciones de escenarios, visite el Informe de resultados de COVID-19 de IHME [PDF].
  • Reference scenario = Referencia (lo más probable es que ocurra); Worst case = Peor escenario; Universal mask use = Uso universal de mascarilla; Rapid variant spread = Aumento rápido de las variantes

Gráfico: IHME / Erin Frame / Christopher Troeger Fuente: IHME

Primero, si la población vacila en vacunarse, podría reducir a la mitad la cobertura: en los Estados Unidos, las encuestas de usuarios adultos de Facebook indican que aproximadamente 25 por ciento rechazará la vacuna y otro 25 por ciento no está seguro. Suponiendo que se pueda persuadir a la mitad de las personas inseguras para que se vacunen, se cubrirá al 62,5 por ciento de la población adulta. (La vacuna solo está aprobada actualmente para adultos, por lo que cubriría menos de 50 por ciento de la población total). La vacilación ante las vacunas puede tener aún más impacto en países como Kazajstán, donde 70 por ciento de la población no está segura acerca de la vacunación o no está dispuesta a vacunarse.

El segundo factor es el impacto protector de las vacunas. Si la mitad de la población de EE. UU. estuviera vacunada, ¿qué proporción sería inmune? Las vacunas Moderna y Pfizer son muy efectivas para prevenir enfermedades graves, pero hay pruebas muy limitadas sobre si previenen la infección o la contagiosidad. La vacuna Astra Zeneca es menos eficaz y, en un subconjunto de los participantes del ensayo, pareció bloquear la infección en aproximadamente la mitad de los vacunados. Los primeros datos de Israel sugieren que la fracción protegida de la infección puede estar entre 30 y 60 por ciento. En nuestro modelo en el Institute for Health Metrics and Evaluation, estimamos que las vacunas son la mitad de efectivas para bloquear infecciones que para prevenir enfermedades graves. Para complicar aún más este panorama, una vacuna puede que no prevenga la infección y aun así reduzca la infecciosidad de los pacientes, pero actualmente no hay datos disponibles para evaluar esto.

En los Estados Unidos, si asumimos que por vacunar a la mitad de la población para el otoño volvemos inmune a una cuarta parte de la población, y lo combinamos con aquellos inmunes a través de una infección previa, llegamos a niveles de inmunidad general de 40 a 50 por ciento. La mayoría de los países de ingresos altos tendrán experiencias similares. Este nivel de inmunidad puede ser suficiente para la inmunidad de grupo de verano, pero no es probable que prevenga una tercera ola en el invierno de 2021, incluso si debido a la alta eficacia clínica de las vacunas para prevenir enfermedades graves, esperaríamos muchas menos fallecidos.

Una tercera variable es la propagación de nuevas variantes virales, como B.1.1.7 (identificado por primera vez en el Reino Unido) y B.1.351 (identificado por primera vez en Sudáfrica), cuya mayor transmisibilidad eleva el umbral necesario para alcanzar la inmunidad colectiva. La evidencia disponible sugiere que estas variantes se convertirán en dominantes dentro de dos a cinco meses. Moderna reporta que su vacuna produce 20 por ciento de los anticuerpos neutralizantes para B.1.351 que para el virus original; esto puede hacer que la vacuna sea menos eficaz clínicamente, y menos eficaz para prevenir la infección. La rápida propagación de B.1.1.7 en Portugal en las últimas semanas presagia su llegada a otros países del hemisferio norte. Estas variantes pueden extender la oleada invernal actual más tarde en la primavera y también hacer que sea más difícil lograr la inmunidad colectiva para prevenir una tercera ola. Los ensayos clínicos aleatorios o los estudios de efectividad para probar la efectividad clínica real de las vacunas contra las variantes serán fundamentales para determinar el camino hacia la inmunidad colectiva.

Finalmente, si la inmunidad ante la infección o la vacunación disminuye con el tiempo, una posibilidad real, el nivel de infección acumulativa y vacunación necesaria para lograr la inmunidad colectiva también será mayor, aumentando la probabilidad de que COVID-19 se convierta en una enfermedad estacional como la gripe. Hasta ahora, no tenemos datos para modelar esto.

Todavía es posible alcanzar la inmunidad colectiva en el invierno. Se basa en reducir la vacilación a las vacunas a niveles muy bajos, producir una vacuna eficaz para los niños, usar vacunas que protegen contra la infección y la infecciosidad, controlar las variantes más transmisibles, y la esperanza de que la inmunidad lograda por la infección o la vacunación no disminuya demasiado rápido.

Pero si es posible, parece poco probable. Ante la perspectiva muy real de que el COVID-19 se convierta en una enfermedad estacional crónica, debemos considerar cambios de comportamiento a más largo plazo para disminuir la transmisión, como usar máscaras todos los inviernos. Los gobiernos y el público deben planificar para la posibilidad real de que COVID-19 necesitará gestión en curso, mientras que se hacen todos los esfuerzos posibles para lograr la inmunidad colectiva a corto plazo.

Doctor Christopher Murray es Director del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington.

Related

Scientific Publication

Global fertility in 204 countries and territories, 1950-2021, with forecasts to 2100